Los aliados del mal, por Rafael Veloz García @Rafaelvelozg

Los aliados del mal, por Rafael Veloz García @Rafaelvelozg

El frenesí bélico desatado por el dictador ruso Vladimir Putin contra Ucrania y su democrático pueblo, impone a todas las naciones un profundo análisis y también llama a reflexionar sobre el futuro del planeta. No es posible que un solo hombre enfermo de poder, con acentuadas manifestaciones de sufrir trastorno de personalidad narcisista, como ya asoman los psiquiatras, coloque al mundo en vilo por el riesgo que existe de que desencadene la tercera guerra mundial.

El criminal ataque e invasión de Ucrania por las fuerzas armadas rusas son actos por completo injustificados. El conflicto entre Ucrania y Rusia tiene su raíz en la disputa del territorio de la península de Crimea, pero estalla ahora principalmente porque Putin, que cree que Ucrania le pertenece a Rusia, entró en estado de ira al ver que el gobierno democrático ucraniano de Volodímir Zelenski buscó acercamientos con la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Así de simple.

Es evidente además que el exagente de la KGB (Comité para la Seguridad del Estado, en castellano, o servicio secreto de la extinta y comunista Unión Soviética) sueña con volver a los tiempos de la URSS o quizás ir más lejos y resucitar el Imperio Ruso que duró casi 200 años (1721-1917), aunque en esta ocasión con bases comunistas.





La barbarie del ejército de Putin ha quedado al desnudo en las desgarradoras imágenes y dolorosos testimonios del pueblo ucraniano que se han hecho virales a través de las redes sociales y que han sido difundidas a través de las más prestigiosas agencias internacionales de noticias. Ante ello, la condena de los gobiernos del mundo y sus pueblos ha sido casi total. En este punto no podemos pasar por alto como los mismos ciudadanos rusos han salido a las calles, en especial en la capital Moscú, para manifestar su rechazo a la guerra contra Ucrania. Y lo han hecho a sabiendas que serán víctimas de la represión y la cárcel.

Es más que evidente que los militares rusos, siguiendo las órdenes del dictador, han cometido crímenes de guerra en Ucrania. En este sentido, el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan (el mismo que tiene en su poder el caso de Venezuela por presuntos delitos de lesa humanidad perpetrados por Nicolás Maduro y funcionarios de su régimen), expresó este lunes que solicitará a los jueces abrir una investigación por crímenes de guerra y de lesa humanidad “cometidos por cualquiera de las partes en todo el territorio de Ucrania”.

Esa investigación contempla los delitos de los tipos antes señalados en la península de Crimea y en las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, que datan de 2020, pero el jurista británico advirtió que se incluirán crímenes vinculados a “la expansión del conflicto en los últimos días” en Ucrania. Las primeras audiencias para tratar este asunto serán el 7 y 8 de este mes.

Ocuparía mucho espacio reseñar aquí la gran cantidad de nombres de los países y las organizaciones mundiales e internacionales que han manifestado su más firme condena a la guerra iniciada por Putin. Fácil en cambio, por lo reducido, es mencionar a los gobernantes que respaldan el criminal proceder del dictador ruso.

La auténtica posición de Venezuela

El discurso comunista aquí en Latinoamérica ha tenido como leitmotiv el “imperialismo de Estados Unidos”. El dictador Fidel Castro, quien fue uno de los principales aliados de la URSS hasta su derrumbe, no se cansó de repetirlo y lo mismo ha hecho el rebaño de adoradores de su genocida régimen, entre los que se cuentan los más recientes Hugo Chávez, Nicolás Maduro (Venezuela), Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador), Luis Inacio Lula Da Silva (Brasil), etc. En la lógica de ellos, todo lo que hace Estados Unidos es malo y todo lo que hace un dictador comunista como Putin está muy bien.

Lo mismo sucede cuando hablan de la “autodeterminación de los pueblos”. Para ellos existe cuando un país democrático asume una posición crítica y se expresa en contra de la pérdida de las libertades en Estados de la órbita totalitaria y comunista. De inmediato en coro lo acusan de injerencista. Cabe preguntar: ¿Acaso lo que hace Vladimir Putin en Ucrania y sus pretensiones no son injerencistas e imperialistas?

Dejemos de un lado a otros países, porque nos corresponde ubicarnos en Venezuela y en el respaldo que ha dado Maduro a los actos criminales de Vladimir Putin. Según destacaron los medios de comunicación, el dictador de Rusia conversó con el usurpador este martes 1º de marzo y según resaltó la cadena de televisión CNN, “Nicolás Maduro expresó un fuerte apoyo a las acciones decisivas de Rusia y condenó la actividad desestabilizadora de Estados Unidos y la OTAN”.

Martin Luther King dijo una vez que “Ignorar el mal es convertirse en cómplice de él”. Y eso es precisamente lo que está haciendo Nicolás Maduro, ser cómplice de las atrocidades de Putin contra los ucranianos.

Lamentablemente, por la postura de Maduro han metido a Venezuela en la lista de países aliados de Putin, como lo son Cuba, Irán, China, Corea del Norte, Bielorrusia, entre otros. Ante ello, el Presidente (E) de Venezuela, Juan Guaidó ha sido categórico y ha expresado ante el mundo la auténtica posición de los ciudadanos del país: “Los venezolanos tenemos que dejar muy claro que el voto de Maduro en la ONU ante la atrocidad cometida por Putin, NO nos representa. Venezuela es un país noble que resiste contra el autoritarismo, que cree y lucha por la democracia, por la libertad y por la dignidad de la gente (…) Quien arremete hoy contra Ucrania es uno de los que sostiene a Maduro diplomática y económicamente. El rol que tenemos los venezolanos en este conflicto es acompañar la lucha del pueblo ucraniano y seguir luchando por rescatar la democracia y libertad en Venezuela (…) Es una vergüenza para los venezolanos que la dictadura use el nombre de nuestro país en la ONU para secundar la barbarie de Vladimir Putin. Venezuela condena sin titubeos la invasión rusa. Estamos con el pueblo de Ucrania, lo demostró el voto de nuestra delegación en la OEA”, dijo el mandatario legítimo del país, palabras que suscribimos por completo.

Por nuestra parte ratificamos que es así: los venezolanos nos distanciamos de forma categórica de las acciones de Nicolás Maduro que no reflejan la realidad del pueblo. Nosotros los venezolanos no apoyamos dictadores ni asesinos. Nuestro mensaje de solidaridad es para el pueblo ucraniano. Esa es la auténtica posición de nuestro pueblo, que condena que por causa de Maduro nos vean como parte de los aliados del mal.

El usurpador al parecer no ha evaluado el negativo impacto que tendrá ese apoyo para su régimen. Las sanciones impuestas a la Rusia de Putin lo golpearán muy pronto en el aspecto financiero. Hay que tomar en cuenta que la banca rusa está por quedar por completo excluida de la plataforma del sistema de transferencias internacionales Swift, lo que dejaría a Venezuela también fuera. La oficina de Pdvsa en Moscú igualmente quedará comprometida para el pago de proveedores y otros movimientos bancarios. Pero hay más, la ayuda misma de Rusia al régimen de Maduro puede verse restringida o suspendida en forma indefinida, así como las exportaciones de ese país hacia Venezuela.

Otros aspectos que en nada favorecen a Maduro son que la producción de crudo en nuestro país está en niveles muy bajos (755.000 barriles diarios en enero, 116.000 menos que en diciembre 2021. según la OPEP), lo cual no lo ayudaría de sostenerse el alza los precios del petróleo a consecuencia de la guerra Ucrania-Rusia, y que hay quienes presumen que el régimen de Maduro tiene depositada una gran cantidad de dinero en bancos rusos, que no podría mover, lo cual sería otra pala más cargada de tierra para sepultar aún más la ya maltrecha economía venezolana
Visto de esa manera, la guerra que apoya Maduro como parte de los aliados del mal, representa hoy su espada de Damocles y mañana, sin duda, será algo mucho peor para él.


Dr. Rafael Veloz García, diputado a la Asamblea Nacional y al Parlasur electo en 2015 , expresidente de la Federación Interamericana de Abogados (FIA), miembro de la dirección nacional de Voluntad Popular, VP.