La flauta mágica: todos los secretos ocultos de la ópera más popular de Mozart

La flauta mágica: todos los secretos ocultos de la ópera más popular de Mozart

FOTO AFP

 

 

 

La flauta mágica, la ópera de Wolfang Amadeus Mozart, se mueve entre la comedia terrenal y el misticismo: hay héroes, instrumentos mágicos, hechiceros y animales salvajes. Sin embargo, detrás de la superficie de un cuento de hadas, la historia tiene un significado más profundo, filosófico, haciendo referencia al mundo secreto de la masonería: los esfuerzos del hombre por alcanzar la perfección, la búsqueda de la verdad, la nobleza del alma.

Por Clarín

Escrita entre mayo y julio de 1791, la ópera fue la última obra que Mozart estrenó en Viena, el 30 de septiembre. Emanuel Schikeneder es el autor del libreto de La flauta mágica. Regenteaba el Theatre auf Der Wieden, un teatro popular en los suburbios de Viena que Mozart frecuentaba y en el que se mezclaban las clases sociales. Allí, Mozart aceptó su propuesta de escribir la música, interesado por la particular mezcla de ritual, magia y acrobacias que tiene la obra. La ópera la terminaron montando en el mismo Theatre auf der Wieden.

Entre la comedia terrenal y el misticismo: hay héroes, instrumentos mágicos, hechiceros y animales salvajes.

Algunas partes de la obra el compositor las escribió en una modesta casita de madera que había en el patio de la morada de Schikeneder, en el distrito de Wieden. No hay registros de ninguna de las dos partes sobre el proceso de composición de la ópera. No sabemos si Mozart participó en el libreto, como sí lo hizo en sus otras colaboraciones con Da Ponte. Mozart y Schikeneder se habían conocido en Salzburgo en 1780, compartían algo más que el gusto por la música y el teatro: ambos eran miembros de la masonería.

Algunas hipótesis sostienen que, como parecía que las cosas iban a complicarse para los masones austríacos en 1791, después de la muerte del emperador progresista José II, ambos autores tuvieron la audacia de promover la masonería y sus valores a través de una ópera alegórica. Sabiduría, nobleza y humanismo son los móviles de La flauta mágica. Lo cierto es que la trama está impregnada por la ética masónica, con sus personajes “buenos” y “malos”, y el misterio en que se representan los valores e ideales humanistas de la Ilustración promovidos por la masonería. Una de las últimas cosas que hizo Mozart antes de antes de morir fue dirigir la presentación de la Cantata masónica K. 623 en su logia.

Una trama que combina religión y cuento de hadas

Aunque La flauta mágica lleva la autoría de Emanuel Schikeneder, la obra tiene una amplia gama de influencias que se combinan en su trama compleja e intrincada: elementos de religión, de cuento de hadas y del teatro popular (magia, humor, misterio y proezas), y también ideales masónicos y de la Ilustración. El autor tomó y adaptó la fábula Lulú o La flauta mágica, de Jacob Liebeskind, parte de una recopilación de Christoph Wieland. También un ensayo sobre los misterios de Egipto escrito por el masón más destacado de Viena, Ignaz von Born.

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