Laura Richardson, jefa del Comando Sur: La participación en el narco recorre todos los escalafones del régimen de Maduro

Laura Richardson, jefa del Comando Sur: La participación en el narco recorre todos los escalafones del régimen de Maduro

La jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, General Laura J. Richardson durante la toma de poder el pasado 29 de octubre. Pidió una acción conjunta de toda la región para luchar contra el narcotráfico (Reuters)

 

 

 

Sus condecoraciones son múltiples. Pero no sorprenden en una mujer que ha dedicado su vida a servir en las fuerzas armadas de los Estados UnidosLaura J. Richardson, general de cuatro estrellas, es actualmente la jefa del Comando Sur norteamericano, la base militar que tiene como misión asegurar los intereses de Washington en el resto del continente. Nació en NorthglennColorado el 11 de diciembre de 1963. Está casada con otro general, Jim Richardson.

Por Infobae

En la semana que pasó visitó Argentina y Chile. En Buenos Aires mantuvo un encuentro con la vicepresidenta Cristina Kirchner quien había solicitado una entrevista con la comandante. En tanto, en Santiago sus reuniones fueron de carácter militar. Intercambió con Infobae correos electrónicos en los cuales respondió todo tipo de temas: desde el narcotráfico que tiene al régimen de Nicolás Maduro como cómplice, pasando por la riesgosa influencia de Beijing en América Latina, hasta de la sangrienta invasión ordenada por Vladimir Putin a Ucrania.

– ¿Cuáles fueron los objetivos de su visita a la Argentina y Chile?

– Argentina y Chile son socios valiosos e importantes en materia de seguridad. De hecho, los Estados Unidos han fortalecido las relaciones con ambos países durante casi dos siglos. Mi principal objetivo durante las visitas fue escuchar a nuestros socios, comprender mejor sus objetivos y desafíos, considerar sus ideas y buscar nuevas oportunidades para colaborar en apoyo de nuestros intereses comunes.

Discutimos una amplia gama de temas de interés mutuo, que van desde la asistencia humanitaria y la asistencia humanitaria y la integración de la perspectiva de género, el mantenimiento de la paz y el cambio climático.

– América Latina y el Caribe han experimentado una creciente influencia china en los últimos años, similar a lo que ha ocurrido en otras latitudes en lo que ha sido la política expansionista del régimen de Beijing. Lo hace a través de supuestos “créditos” e “inversiones”, pero en realidad, muchos países, como se evidencia en esta región y en África, por ejemplo, acaban siendo rehenes y cediendo a sus exigencias. Sobre todo, los recursos naturales son su principal objetivo. ¿Es posible evitar estas prácticas?

– El uso por parte de China de prácticas de préstamos depredadores y poco transparentes para ejercer influencia política y económica en determinados países es bien conocido. También hay múltiples ejemplos de proyectos financiados por la República Popular China (RPC) que no cumplen las normas medioambientales o laborales. A veces el precio de un proyecto financiado por la RPC es increíblemente bajo, pero la calidad resultante también es baja. En inglés tenemos una frase que viene al caso: You get what you pay for (Obtienes lo que pagaste).

Los países latinoamericanos han aprendido en las dos últimas décadas los retos de hacer negocios con China. Estados Unidos se ha comprometido a ofrecer al hemisferio una alternativa de inversión transparente y de alta calidad frente a los incentivos estatales y de baja responsabilidad de la RPC.

Por ejemplo, Ecuador demandó recientemente a una empresa estatal china por una presa mal construida que desencadenó una serie de acontecimientos que afectaron negativamente al medio ambiente, a la fauna local y a más de 150.000 personas. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos está trabajando ahora con Ecuador para mitigar el impacto de ese proyecto.

La RPC ha prometido al menos 150.000 millones de dólares en préstamos a países del hemisferio, donde 21 naciones, incluida la Argentina, son signatarias de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda (BRI, por sus siglas en inglés). Las empresas con sede en China han financiado decenas de proyectos portuarios y han expresado su interés en la gestión de otras vías fluviales estratégicas, como el río Paraná. En el futuro, si estas empresas estatales de la RPC llegaran a controlar vías fluviales como el Paraná o cerca de Ushuaia, podría mejorar la posición operativa global de la RPC. Los proyectos financiados por China cerca del Canal de Panamá son especialmente preocupantes, ya que la vía interoceánica es vital para la navegación y el comercio mundial.

La creciente dependencia económica y de la deuda soberana de la RPC en los proyectos relacionados con la BRI da a Beijing una mayor influencia sobre los gobiernos de los países receptores. Las inversiones chinas en infraestructuras espaciales, portuarias, energéticas y de telecomunicaciones tienen potenciales beneficios de doble uso para ampliar el alcance de las operaciones militares y de inteligencia. Dado el historial de la RPC en la región, es razonable preguntarse: ¿está China está aquí para invertir o para extraer? ¿Está buscando socios o clientes?

– Además de los recursos, el régimen de Beijing pretende influir en otras áreas específicas de la región, desde la Antártida hasta ciertos aspectos de la exploración espacial y la colaboración militar. ¿El aspecto militar es especialmente preocupante?

– Las empresas estatales chinas buscan activamente acceder o construir infraestructuras, como puertos de aguas profundas cerca de puntos de estrangulamiento marítimo, redes de telecomunicaciones e instalaciones de observación espacial. Varios de estos proyectos carecen de transparencia, no están sujetos a la supervisión del gobierno anfitrión y podrían ser aprovechados para fines militares. En Asia, África y Oriente Medio, la RPC ya ha abusado de acuerdos comerciales en los puertos de los países anfitriones con fines militares; nuestra preocupación es que pueda hacer lo mismo en esta región.

 

En diálogo con Infobae, la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos cuestionó a Vladimir Putin por la invasión a Ucrania. “Al igual que Putin, los regímenes no democráticos de Venezuela, Cuba y Nicaragua no defienden los valores y principios democráticos”, dijo Laura Richardson (EFE)

 

Es aún más preocupante si se tiene en cuenta la falta de transparencia de la República Popular China a la hora de obtener préstamos para infraestructuras clave y su práctica de seleccionar, reclutar y sobornar a funcionarios.

A primera vista, la oferta de Beijing de acoger entrenamiento militar en China, la entrega de regalos sin condiciones y la venta de armas y equipos militares pueden parecer similares a la ayuda que prestamos nosotros, pero hay importantes diferencias que vale la pena considerar.

El entrenamiento que Estados Unidos acoge enfatiza y promueve el respeto a los derechos humanos, la democracia y el cumplimiento a un estado de derecho justo y equitativo. Además, las donaciones y la venta de equipos militares de los Estados Unidos a países asociados incluyen acuerdos de usuario final destinados a garantizar la responsabilidad y el cumplimiento del derecho internacional.

Por ello, nuestro Congreso no autoriza la venta de equipos militares y la provisión de entrenamiento militar a países como Cuba, Venezuela y Nicaragua, donde hay pruebas irrefutables de flagrantes violaciones de los derechos humanos por parte de funcionarios gubernamentales, militares y de las fuerzas del orden y ningún esfuerzo por parte de los regímenes de esos países para hacer que esos violadores de los derechos humanos rindan cuentas.

En nuestro hemisferio, 28 de 31 países son democracias, donde los ciudadanos confían en que sus militares sean apolíticos, responsables ante gobiernos democráticos elegidos libre y justamente, y guardianes de los derechos universales que tanto aprecian.

– En términos geopolíticos, ¿qué importancia tendría el establecimiento de una base naval china en el Atlántico Sur? ¿Supondría una amenaza para Estados Unidos?

– Sería contraproducente especular sobre escenarios hipotéticos.

– ¿El establecimiento de la red 5G de China -Huawei o ZTE- en América Latina supondría una amenaza para la seguridad de Estados Unidos? ¿Cuál es su opinión al respecto?

– El 5G es una tecnología transformadora que tocará todos los aspectos de nuestras vidas, y lo que está en juego para asegurar esas redes no podría ser mayor. Todas las democracias con ideas afines, tanto en la región como en todo el mundo, deben considerar los riesgos muy reales de una red 5G construida por la República Popular China para su seguridad nacional.

Entendemos el deseo y el objetivo de los países y ciudadanos de la región de hacer realidad la promesa de las redes inalámbricas 5G. Sin embargo, en esa empresa necesitan confiar en que los equipos y el software que utilizan no introducirán riesgos que amenacen la seguridad nacional, los intereses económicos, la privacidad o los derechos humanos.

Esa confianza no puede existir cuando los proveedores de servicios de tecnología de la información y las comunicaciones con sede en China son responsables ante el gobierno chino, que somete a las empresas nacionales a amplias leyes de inteligencia y seguridad nacional. Esto significa que el gobierno de China podría tener una puerta trasera a la información sensible sobre los ciudadanos, las operaciones gubernamentales y las empresas de Argentina. Como socio de seguridad comprometido desde hace mucho tiempo, buscamos asociarnos para garantizar nuestra seguridad compartida en la transición hacia un futuro 5G.

– Otra grave amenaza para la región es Rusia. Moscú tiene una fuerte influencia política y militar en América Latina. Incluso antes de invadir Ucrania, el Kremlin amenazó con instalar bases de misiles en Venezuela, Cuba o Nicaragua. Para esos países, todos dirigidos por dictaduras, ¿qué significaría una colaboración de esa naturaleza con Moscú?

 Somos conscientes de los comentarios, pero no vamos a responder a las bravatas. El mundo sigue siendo testigo de la invasión no provocada y horrorosa de Vladimir Putin a la nación soberana de Ucrania. Fue la más flagrante violación de los principios más fundamentales de la comunidad internacional establecidos después de la Segunda Guerra Mundial: la autodeterminación y la soberanía nacional.

Una amenaza a la democracia en cualquier lugar es una amenaza a la democracia en todas partes. Elogiamos a la Argentina y a otros países de la región por sumar su voz al coro de democracias amantes de la paz de todo el mundo que condenan la invasión rusa y piden un alto el fuego inmediato.

Teniendo en cuenta los recientes actos de agresión militar desenfrenada de Rusia y los esfuerzos manifiestos del régimen de Putin por engañar a la comunidad internacional, es razonable cuestionar el motivo detrás de cualquier intento de Rusia de aumentar su presencia militar en nuestro pacífico hemisferio.

Al igual que Putin, los regímenes no democráticos de Venezuela, Cuba y Nicaragua no defienden los valores y principios democráticos que los ciudadanos del hemisferio occidental favorecen y defienden firmemente. Los regímenes que favorecen el autoritarismo son una minoría en un hemisferio de naciones democráticas afines.

– El narcotráfico es otro de los temas centrales. ¿Ve usted la colaboración necesaria de los países de la región? ¿O algunos gobiernos no están haciendo lo suficiente para acabar con esta amenaza que afecta a millones de personas en América Latina y Estados Unidos?

– Las organizaciones criminales transnacionales suponen una amenaza mundial que afecta gravemente a los países de origen, de tránsito y de destino. Sus violentas y mortíferas operaciones a escala mundial se financian con más de 300.000 millones de dólares de beneficios criminales anuales y son responsables de la pérdida de cientos de miles de vidas y del sufrimiento humano generalizado. Cuentan con el apoyo de una sofisticada red de facilitadores que dirigen los aspectos logísticos, financieros, jurídicos, tecnológicos, comerciales y de ejecución de su empresa criminal internacional.

El mejor enfoque contra una amenaza de tal alcance y escala es una respuesta internacional colectiva, cohesionada y decidida. Gracias a una sólida cooperación y a una mayor dotación de recursos, nuestros comprometidos socios de la región están contribuyendo cada vez más a la desarticulación del tráfico de estupefacientes y de las organizaciones delictivas transnacionales. organizaciones criminales transnacionales.

Más de 20 países apoyan directamente las operaciones internacionales de detección y vigilancia dirigidas por nuestro Grupo Operativo Interinstitucional Conjunto-Sur, donde comparten información útil y coordinan los esfuerzos de desarticulación en tiempo real. En 2021, sus esfuerzos de colaboración ayudaron a las autoridades policiales estadounidenses y regionales a incautar y desbaratar 324 toneladas métricas de cocaína, negando a las organizaciones delictivas transnacionales más de 8.000 millones de dólares en beneficios criminales y deteniendo a más de 1.000 presuntos contrabandistas de drogas. Nuestros socios participaron en aproximadamente el 60% de esas desarticulaciones.

Cada desarticulación exitosa salva vidas humanas, evita el tormento causado por la drogadicción y debilita la influencia corruptora de quienes se benefician codiciosamente del narcotráfico.

– Muchos miembros de la dictadura de Maduro son acusados de formar parte de una red de narcotráfico. ¿Hasta qué punto cree que están implicados los miembros del gobierno de Caracas?

– La participación recorre todos los escalafones del régimen de Maduro.

La corrupción es endémica en Venezuela, y el régimen participa activamente en el narcotráfico y da cobijo a grupos terroristas regionales como el ELN y las disidencias de las FARC. Venezuela es un importante país de tránsito para la cocaína de contrabando a través de rutas aéreas y marítimas, lo que repercute negativamente en muchas naciones de nuestro hemisferio y más allá. La mayoría de los vuelos sospechosos de traficar con drogas hacia México y Centroamérica parten de los estados venezolanos fronterizos con Colombia, principalmente Zulia. Los envíos marítimos de cocaína procedentes de Venezuela transitan por el Caribe y el Atlántico en ruta hacia los Estados Unidos y Europa.

El régimen de Maduro no ha hecho ningún esfuerzo significativo para combatir la actividad ilegal de las drogas ni para perseguir a los funcionarios corruptos o a los presuntos narcotraficantes, incluidos los sancionados por el gobierno de Estados Unidos. En 2020, Estados Unidos anunció cargos penales contra Maduro y miembros de su círculo íntimo por participar en una conspiración narcoterrorista, conspirar para importar cocaína a Estados Unidos y cargos relacionados con armas de fuego.

Más de seis millones de refugiados y migrantes venezolanos han huido ya de la pesadilla de su país, la de inseguridad de su país y de una de las peores crisis humanitarias que ha visto este hemisferio.

– El medio ambiente también es un tema que figura en la agenda del Comando Sur. En ese sentido, los esfuerzos de los países para evitar la depredación en alta mar no parecen ser suficientes para combatir las flotas pesqueras piratas en aguas del Atlántico y del Pacífico. ¿Qué pueden hacer países como Chile, Argentina y Ecuador, que están experimentando una gran pérdida de esos recursos?

– La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, o como la llamamos nosotros, la pesca IUU (por sus siglas en inglés), es una preocupación mundial creciente, especialmente para los países costeros de América del Sur, América Central y el Caribe, cuyas poblaciones han dependido de los recursos pesqueros durante muchas generaciones. Esta preocupación ha aumentado a medida que las grandes flotas extranjeras, algunas de ellas formadas por más de 600 buques pesqueros, agotan las poblaciones de peces, amenazan a las especies en peligro de extinción y dañan el ecosistema del océano en alta mar.

La pesca IUU en la Reserva Marina de las Galápagos, cerca de Ecuador, ha costado a la región casi 3.000 millones de dólares en ingresos perdidos; y el gobierno de Argentina ha declarado que la pesca IUU priva a la economía de su país del uno por ciento de su PIB cada año, al tiempo que conduce a violaciones de los derechos humanos y a la trata de personas

La República Popular China subvenciona la mayor flota pesquera del mundo, incluidas las mayores flotas de pesca de altura que operan en alta mar y en aguas sujetas a la jurisdicción de otro Estado.

El Servicio de Guardacostas de Estados Unidos tiene una estrategia integral contra esta amenaza generalizada, asumiendo un papel de liderazgo en la colaboración con socios internacionales, agencias federales y partes interesadas del sector marítimo en la aplicación cooperativa de las leyes internacionales.

Nos hacemos eco de los llamamientos de nuestros socios de todo el mundo para que las naciones colaboren en la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, e instamos a los países, incluida China, a que se aseguren de que los buques que llevan su pabellón se adhieren a las normas internacionales y a poner fin a cualquier práctica pesquera ilegal e ilícita en todo el mundo.

– Usted ya ha hecho historia como la primera mujer que dirige el Comando Sur. ¿Cuál es el mayor reto al que se enfrenta diariamente?

– Desde que asumí el mando a finales de octubre del año pasado me he dado cuenta de que las amenazas a las que se enfrenta esta región son tan numerosas que ningún país puede manejarlas por sí solo. Esta región es tan vasta y diversa -hay 31 países y 16 dependencias en el área de responsabilidad del Comando Sur- que debemos trabajar mano a mano y hombro a hombro con nuestros socios para contrarrestarlas.

En el Departamento de Defensa de Estados Unidos utilizamos el término “Disuasión Integrada”, que significa reunir a todos los socios y utilizar todas las herramientas disponibles para contrarrestar las amenazas, incluyendo diferentes agencias gubernamentales, aliados y socios, el sector privado y las ONG. En eso me he centrado en los últimos meses, viajando por la región para reunirme con líderes civiles y militares y reforzar nuestras asociaciones.

Puede que sea la primera mujer comandante del Comando Sur, pero mi objetivo es asegurarme de que no sea la última. A través del programa Mujeres, Paz y Seguridad (WPS) del Comando Sur, estamos destacando a las mujeres líderes militares de toda la región, dándoles más oportunidades para romper los techos de cristal. Me siento especialmente inspirada por Argentina, que adoptó un Plan de Acción Nacional WPS en 2015 y ha nombrado a una asesora militar de género a tiempo completo como miembro del personal del comandante militar superior.

Cuando nuestras naciones abren el abanico de talentos para el otro 50% de nuestra población, hacemos que nuestras organizaciones sean más competitivas, más eficientes y más exitosas. Las amenazas a las que nos enfrentamos son tan transversales que ninguna nación puede permitirse el lujo de ignorar a la mitad de su población. Depende de todos nosotros dar a más mujeres la oportunidad de entrar en la lucha.

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