Ambientalistas denuncian ecocidio chavista en “La Casa de Los Arcos” en Maracay

Cortesía: Sembramos Todos

 

Tras el ecocidio cometido por la alcaldía chavista de Maracay en los espacios de “La Casa de Los Arcos”, el pasado viernes 13 de mayo, miembros de la organización civil Sembramos Todos, denunciaron el hecho a través de la Guardia Ambiental de la Fiscalía Ambiental, quienes acudieron al lugar para corroborar lo ocurrido.

Corresponsalía lapatilla.com





En este sentido, Enrique García, vocero de la fundación, declaró que desde la fecha de construcción de la casa en 1927, “nadie se había atrevido a acabar con el patrimonio verde del espacio” en el que hacían vida árboles centenarios.

No sabemos aún, ni siquiera la alcaldía ha informado en qué se utilizará este espacio, qué se va a hacer en La Casa de los Arcos y si se van a respetar las condiciones patrimoniales del lugar, porque es patrimonio de la ciudad, y lo más importante, cuándo se van a reponer los árboles que talaron y cómo se van a colocar“, reiteró García.

Agregó que en el estado Aragua, pero especialmente en Maracay, se están haciendo rehabilitaciones de espacios que no cumplen con las características de los patrimonios históricos, ni con seguir “lo más parecido” a su arquitectura original.

Destacó que de acuerdo a la Ley de Ambiente vigente, los responsables de las talas deben sembrar 8 árboles por cada árbol talado, mientras que en la anterior lo establecido eran unos 20 y antes de eso se calculaba por área foliar, lo que generaba un número mayor sobre todo en ejemplares más grandes (centenarios).

Más que plantar árboles en la ciudad se requiere proteger y conservar a los ya existentes, típicamente enferman y son talados, no tratados. De igual manera poco se riega en verano -al menos en Maracay- y a los nuevos ejemplares se les abandona a su suerte luego de plantarlos“, mencionó.

Es importante recordar que La Casa de Los Arcos tiene relevancia histórica en la ciudad, ya que fue la primera fuente de agua potable de los habitantes de Las Delicias, transformándose posteriormente en lugar de esparcimiento de Juan Vicente Gómez y luego en sede de la Asociación Ateneo de Aragua.