“Sembramos Todos”: una esperanza ecológica en medio de la deforestación y la tala indiscriminada en Aragua

“Sembramos Todos”: una esperanza ecológica en medio de la deforestación y la tala indiscriminada en Aragua

 

Como una iniciativa para reforestar y proteger el parque nacional Henri Pittier, que hasta el momento ha perdido al menos 30 mil hectáreas de las 107 mil 800 que poseía, nació en el año 2011 Sembramos Todos, una organización civil con el único objetivo de aportar y brindar soluciones ecológicas.

Marianny Castellanos // Corresponsalía lapatilla.com





Sembramos Todos, dirigida desde hace 11 años por Enrique García, quien además es miembro fundador de este grupo de ecologistas, se enfoca principalmente en la recuperación de este pulmón vegetal ubicado en la zona norte de Maracay, estado Aragua, no solo por tratarse de un reservorio de biodiversidad natural y animal, sino también porque es la principal fuente de agua de pozos de la ciudad.

Ante esta premisa, García comenzó en compañía de su hermano, Eduardo García, y un amigo, Giovanni Mauriello, a subir el parque para sembrar semillas de árboles que fueran autóctonos del Henri Pittier.

Posteriormente, nuevas personas se fueron sumando voluntariamente a las jornadas de siembra hasta que llegó el día que decidieron formarse como organización para hacer más formales y masivas las convocatorias de reforestación.

Pero no quedó allí: cada uno de los 15 voluntarios que estaban en ese momento, comenzó a formar un vivero forestal en su casa, “pequeño, pero significativo” que pudiera servir en un futuro para ser plantados en espacios adecuados.

Una tradición familiar

Aunque Enrique profesionalmente es técnico en Informática con especialidad en hardware y sistemas operativos, su trayectoria ambiental se remonta al año 1985 cuando su papá le dio el “bautizo ecológico” en una jornada de reforestación de la montaña, específicamente en el área de Palmarito.

“Junto con mi papá, que fue el promotor de la iniciativa, reforestamos una montaña del Henri Pittier en el área de Palmarito cuando tenía unos 14 años, ese fue mi bautizo ecológico. En ese momento, mi papá consiguió uno pinos caribes que le fueron donados y los reforestamos”, dijo.

Para ese entonces, plantaron unos dos mil árboles en dos jornadas distintas, siendo 800 en la primera y otros 1.200 en la segunda, de los cuales algunos se conservan y otros se han perdido por los incendios forestales.

Cambios para el futuro

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Como todo en la vida cambia y evoluciona, Sembramos Todos también lo hizo. Con el pasar de los años se enfocaron en la arborización de la ciudad y en la colaboración con otros grupos de voluntarios iniciaron la donación de árboles. “Nada más yo en mi casa llegué a tener más de 1.200 árboles”, destacó el director de la organización.

Además, las denuncias ambientales y ecológicas, así como la atención urbana para una mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, fueron otros de los vértices que se sumaron posteriormente, sin dejar de lado su objetivo principal.

Es por ello que a través de sus redes sociales mantienen de manera activa campañas de denuncias que puedan atentar contra el bienestar y desarrollo de entornos con calidad de aire para los ciudadanos.

Uno de estos temas está dirigido a la tala de árboles y la utilización de la madera para cocinar a leña, que no solo es implementado en los hogares venezolanos como una alternativa ante la escasez de gas doméstico, sino que se utiliza de manera comercial en restaurantes de comida típica.
Proyecto social y educativo

Como uno de los principales problemas existentes en el país es la falta de educación ambiental, los miembros de Sembramos Todos diseñaron proyectos que incluyen la participación de jóvenes, con el fin de crear consciencia en la generación de relevo.

El Programa Access nació bajo el sello de esta organización hace aproximadamente cinco años y acoge a alumnos de diversos centros educativos, quienes participan en las jornadas de trabajos comunitarios.

Además, el programa también cuenta con la visita a los planteles educativos para impartir charlas y actividades que promuevan la conservación de la biodiversidad.

En este sentido, Enrique explica que adicional a ello cuentan con un proyecto específico con el Instituto de Educación Integral (IEI), para que los estudiantes se involucren en las actividades de arborización.

“El propósito también es que ellos mismos puedan crear su vivero forestal dentro de la institución. Otro propósito es que ellos puedan apoyarnos con mano de obra en nuestro vivero forestal para el mantenimiento”, reiteró García.

De la mano de las comunidades

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En cuanto a los proyectos que desarrollan en conjunto con los vecinos de diversas comunidades, actualmente están en trámites para adquirir la donación de un terreno en el que instalarán un vivero forestal, un centro de reciclaje y compostaje.

“Todo va de la mano de la educación, porque la gran falta que tenemos es la falta de educación ambiental. Lo más importante es involucrarse, participar. Y es lo que estamos buscando, que no solo los niños o jóvenes participen, sino los ciudadanos como tal”, mencionó el ambientalista.
Aseguró que “de nada sirve” plantar un árbol y olvidarse de él. Por eso insiste en que el papel de los vecinos también incluye en guardar los desechos orgánicos en la nevera hasta el día que corresponda la recolección de basura por el sector.

“Una de las formas de involucrarse es no echando desechos en la calle, sino guardando los desechos orgánicos en la nevera hasta que pase el aseo, aun cuando sean cada 10 días. No dejándola afuera o quemándola”, reiteró.

Nadando contra la corriente

Sin embargo, no todo en la labor de Sembramos Todos es color de rosas. Entre las adversidades que enfrentan está la falta de consciencia y la ausencia de políticas o leyes que sancionen cualquier acto que atente contra los árboles tanto del Henri Pittier como de la ciudad en general.

“Durante todos los años que tenemos como organización, siempre hemos tenido una relación amor-odio con las autoridades, pero últimamente hemos tenido acercamientos con la alcaldía de Girardot para plantear soluciones sostenibles y viables”, señaló el vocero de este grupo de ecologistas.

Una de las temáticas planteadas fue la creación de una Contraloría Ambiental que fiscalice el cumplimiento de los artículos establecidos en la Ley de Bosques al momento de cometer delitos ambientales como la tala de árboles.

“La alcaldía es la encargada de otorgar los permisos para la tala de árboles, pero también es necesario realizar contraloría en estos actos. La Ley de Bosques establece que por cada árbol talado -sin permiso- se deben plantar 8 nuevos árboles, pero no es solo plantarlos, también exige plántalos y cuidarlos. Eso debe ser fiscalizado”, insistió.

Otro de los puntos planteados es el estímulo fiscal tributario para promover en los contribuyentes la plantación de árboles y el mantenimiento de áreas verdes urbanas, con el fin de tener una mejor ciudad.
Ante la carencia de una planificación para el reciclaje de los desechos y el mal manejo que se les da a los mismos en el popular vertedero de San Vicente, Enrique comenta alarmado que cada día el lago de Valencia parece un arcoíris.

“En Maracay es muy poco lo que se recicla, solo cartón y papel en muy poca cantidad, y todos los desechos del vertedero de San Vicente van a parar al lago de Valencia, que si lo vemos aéreo es un arcoíris: cada color representa una sustancia química diferente. Teniendo en cuenta que hay personas que pescan en el lago, no quiero ni pensar qué están comiendo”, comentó con preocupación.

La esperanza al final del túnel

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A pesar de las adversidades, los 80 voluntarios que actualmente conforman la organización Sembramos Todos, siguen con su propósito más firmes que nunca. Por esta razón, a la fecha cuentan con dos viveros forestales. Uno de ellos es el principal y está ubicado en Camoruco desde hace unos tres años aproximadamente. Mientras que el otro es el auxiliar y se encuentra en casa de uno de los miembros que tomó la iniciativa y tiene alrededor de 250 ejemplares.

“Tenemos en total como mil ejemplares y nuestra meta es utilizar una parte de ellos para arborizar la ciudad, y otra parte para retomar la reforestación del área de Corral de Piedra de El Limón. También queremos incorporar árboles en avenidas, porque han sido talados porque le cayeron plagas o fueron quemados para utilizarlos como leña”, indicó García.

¿Cómo colaborar?

A través de sus redes sociales @sembramostodos en Facebook, Instagram y Twitter, publican constantemente las convocatorias de las diversas actividades que estarán realizando. Sin embargo, las últimas han sido únicamente para los miembros activos de la organización.

“Este año queremos incorporar personas que se sumen a las jornadas urbanas, porque para las de montaña sí tienen que ser personas que hayan sido entrenadas previamente. Por ello, quienes se deseen sumar a nuestro grupo, los invitamos a mantenerse atentos a las publicaciones en nuestras redes sociales”, comunicó el fundador.
García enfatizó en que esta no es la única manera de colaborar, ya que al donarles envases de agua de 5 litros o de refrescos es una ayuda significativa para ellos. “No es plantando un árbol que tú ayudas. A nosotros nos donan envases y sacos de tierra negra y es una ayuda, porque con eso sacamos entre 25 y 30 árboles”.

Sembramos Todos es una de las organizaciones civiles que siguen empeñados en revertir el daño climático para ofrecer una mejor calidad de vida, por lo que botánicos, agrónomos, geólogos, abogados, médicos, bomberos y funcionarios de Protección Civil, entre otros, seguirán haciendo su mejor aporte para cumplir con ese objetivo.