La renuncia del primer ministro Boris Johnson profundiza la incertidumbre que se cierne sobre la economía británica, ya bajo presión por una tasa de inflación que se acerca a los dos dígitos, el riesgo de una recesión y el Brexit.
Por Reuters
La carrera para reemplazar a Johnson, quien anunció el jueves que dejaría el cargo, podría llevar semanas. Eso dejaría a la quinta economía más grande del mundo en riesgo de una mayor deriva en un momento en que la libra esterlina está cerca de mínimos de dos años frente al dólar y el Banco de Inglaterra se encuentra en un dilema sobre elevar las tasas de interés sin dañar la actividad económica.
La duración de las contiendas por el liderazgo del Partido Conservador varía. Theresa May necesitó menos de tres semanas para ganar después de que David Cameron renunció en 2016 cuando otros contendientes abandonaron.
Pero Johnson tardó dos meses en convertirse en el nuevo líder después de que May anunciara su intención de renunciar en 2019.
En esta ocasión se espera al menos media docena de candidatos.
A continuación se presenta un resumen de las preguntas clave que se ciernen sobre la economía británica a medida que se desarrolla el drama político.
INFLACIÓN
Incluso más que muchos otros países, Gran Bretaña está sintiendo la presión de una tasa de inflación que alcanza un máximo de 40 años del 9,1%. El BoE cree que superará el 11% a finales de este año.
El Fondo Monetario Internacional dijo en abril que Gran Bretaña enfrentaba una inflación más persistente, así como un crecimiento más lento, que cualquier otra economía importante en 2023.
La reciente caída de la libra esterlina se sumó a las presiones inflacionarias desde entonces, aunque la perspectiva de un mayor gasto público o recortes de impuestos para apuntalar la fortuna del Partido Conservador hizo subir un poco a la libra este jueves.
Pero quienquiera que reemplace a Johnson solo puede hacer mucho para compensar el impacto del aumento en los precios mundiales de la energía y los alimentos.
LA POLÍTICA FISCAL
Quien suceda a Johnson debe tomar decisiones importantes sobre impuestos y gastos que podrían reducir el riesgo de una recesión, pero que también podrían aumentar el calor inflacionario en la economía.
Cuando renunció como ministro de finanzas el martes, Rishi Sunak dijo que no estaba de acuerdo con Johnson, quien durante mucho tiempo había presionado por más recortes de impuestos. La prioridad a corto plazo de Sunak antes de renunciar era aliviar la carga de la deuda de Gran Bretaña, que superó los 2 billones de libras durante la pandemia de coronavirus.
Los analistas del banco estadounidense Citi dijeron que esperaban que los contendientes al liderazgo del Partido Conservador, Priti Patel y Liz Truss, quienes se desempeñaron como ministros del Interior y de Relaciones Exteriores de Johnson, pidieran recortes de impuestos rápidos y un mayor gasto, mientras que Sunak y el exministro de salud Sajid Javid probablemente serían más fiscalmente cauteloso.
Las implicaciones a largo plazo de sus decisiones serán altas.
El regulador de presupuesto de Gran Bretaña dijo el jueves que la deuda podría más que triplicarse a casi el 320% del PIB en 50 años si los futuros gobiernos no endurecen la política fiscal.
BREXIT
Más de seis años después de que Gran Bretaña votara a favor de abandonar la Unión Europea, Londres y Bruselas siguen en desacuerdo debido a la insistencia de Johnson en reescribir las reglas, que acordó en 2019, para el comercio que involucra a Irlanda del Norte.
La posibilidad de mejorar las relaciones con la UE bajo un nuevo primer ministro ha llevado a algunos economistas a apuntar a exportaciones e inversiones británicas más fuertes, aunque es probable que cualquier cambio en la relación comercial general sea modesto.
Además, algunos de los principales candidatos para reemplazar a Johnson, principalmente el ministro de Relaciones Exteriores Truss, respaldaron públicamente su postura combativa hacia la UE.
BANCO DE INGLATERRA
El banco central de Gran Bretaña elevó las tasas de interés cinco veces desde diciembre, su mayor racha de alzas en 25 años, y ha señalado que seguirá incrementándolas, posiblemente hasta medio punto porcentual en su próxima reunión en agosto.
Pero el riesgo de una desaceleración económica global ha reducido recientemente las apuestas de los inversionistas sobre ese tipo de gran movimiento por parte del BoE. La incertidumbre sobre la dirección de la política fiscal de Gran Bretaña podría proporcionar otra razón para la cautela.
¿MÁS CAOS POLÍTICO?
Si bien la salida de Johnson pone fin a otro capítulo en uno de los períodos más tumultuosos de la historia política británica moderna, queda por ver si su sucesor puede calmar las cosas.
Kallum Pickering, analista de Berenberg, dijo que la economía británica se beneficiaría si Johnson fuera reemplazado por “una persona más diligente y seria”.
Pero los analistas de Citi dijeron que estaban escépticos de que las diferentes facciones dentro del Partido Conservador se unificarían en torno a una estrategia clara.
“En los próximos meses, vemos que el Reino Unido se enfrenta a una reducción única en el nivel de vida de una generación, sin una estrategia definida y enfrentando una profunda división gubernamental. Por lo tanto, el riesgo de un error político profundo es significativo”, dijeron.
“Tampoco se debe descartar una elección anticipada, aunque todavía esperamos una contienda solo en 2024”.