El misterio del último auto blindado de Al Capone: lleva dos años en venta y nadie lo quiere comprar

El misterio del último auto blindado de Al Capone: lleva dos años en venta y nadie lo quiere comprar

Cortesía

 

Entre las múltiples grandes escenas de la película Los Intocables, Brian De Palma le puso una cuota de épica a la culminación, el momento en que el juez decide cambiar los jurados que debían juzgar a Al Capone por evasión tributaria. El mafioso, perdido porque retiraban a todos los que había sobornado, monta en cólera mientras es llevado a la fuerza por la policía. Hasta que se le acerca Elliott Ness y le dice tres veces: “Nunca dejes de pelear hasta que la pelea haya terminado”.

Por: Clarín





Más allá de las licencias cinematográficas que se pueden haber tomado para reconstruir el momento, fue más o menos lo que sucedió en ese tribunal en aquel 6 de octubre de 1931. A dicho edificio público de la ciudad de Chicago, Alphonse “Al” Gabriel Capone había llegado en un Cadillac Town Sedan del año 1928. Un auto que sobrevivió no sólo a la historia criminal de su dueño sino también al paso del tiempo. Y ahora, 94 años más tarde, está en venta.

Su estado actual es tan impecable para justificar lo que se pagó en 2012, cuando se registró la última transacción: fueron 341 mil dólares en una subasta organizada por RM Sotheby’s. Por el valor histórico, además de la conservación que luce, se trata de un precio que muchos especialistas en el tema consideran más que accesible, dado también el nicho en el que suelen aparecer estas oportunidades. Ahora piden casi el triple.

El último auto que usó Al Capone antes de terminar preso lleva dos años en venta sin que a nadie se le haya movido un pelo en ese lapso para dejarse tentar por semejante joya. ¿Será que se lo considera un modelo tabú por tener tanta sangre derramada a su alrededor? ¡O simplemente es muy caro?

Su historia es de película. Verlo ya es una invitación a viajar en el tiempo y situarse en aquellos años convulsionados de Chicago, donde el mafioso imponía reglas a balazos mientas crecía su negocio de contrabando de bebidas alcohólicas en medio de la Ley Seca.

El Cadillac blindado de Al Capone

En el filme dirigido por Brian De Palma, Robert De Niro era Capone y Kevin Costner interpretaba a Elliott Ness. El elenco se completaba con Sean Connery (Jim Malone, el policía rudo y experimentado de Chicago) y Andy García (George Stone, el agente novato). El Cadillac no fue parte del cast, pero sin dudas que merecía estar por contener parte de la historia vívida de aquellos tiempos.

El vehículo lo tiene en venta Celebrity Cars, una empresa radicada en Las Vegas que lo expone en su cartelera online desde 2020. Además de inundar la publicación con una gran cantidad de imágenes del auto, entre los documentos probatorios de su origen consigna una serie de artículos periodísticos históricos que dan testimonio de que, en efecto, el vehículo era del mafioso. “Capone usó el Cadillac hasta que Elliott Ness y su equipo finalmente lograron meter preso al jefe del crimen de Chicago. El auto fue confiscado por el FBI”, dice uno de ellos.

El negocio floreciente le había permitido a Capone amasar una fortuna estimada en 125 millones de dólares cuando el FBI logró ponerlo en aprietos. Le sobraba capital para tener el auto que quisiera. Uno de los elegidos fue este Cadillac Town Sedan, de los más lujosos de la época pero también de los que mayor potencia entregaban, con su motor V8 de 5,6 litros y 110 caballos. Necesitaba fuerza porque la carrocería no era común y silvestre. El rodaje es ínfimo: apenas 1777 kilómetros (1.111 millas). Casi 0 kilómetro.

Antes de subir al capo mafia en su asiento trasero (que tiene un tapizado de lujo), el vehículo pasó por un tratamiento para convertirlo en un acorazado. Tiene un blindaje con un entramado en acero con más de 1.300 kilos adicionales que lo hacían a prueba de balas. Las ventanillas también se cambiaron por otras con casi una pulgada de espesor, totalmente funcionales gracias a un sistema de apertura y cierre reforzado.

Con un detalle más en cuanto a los cristales: las laterales tenían una apertura de sólo dos pulgadas, el espacio suficiente para que se asomaran allí las ametralladoras y desatar una balacera si así lo requería la situación. Mientras que el vidrio trasero tenía un sistema de apertura rápida, por el cual virtualmente caía para poder disparar más cómodos en medio de una persecución. El auto mantiene los estribos característicos en aquellos años y que dieron lugar a tantas imágenes de los gangsters montados en ellos, a puro disparo.

La elección del aspecto bitono del auto tampoco fue casual. En los años 20, la policía de Chicago y los autos oficiales eran todos Cadillac y con una característica inconfundible: todos estaban pintados en verde con los guardabarros negros. El camuflaje se completaba con un par de luces rojas intermitentes detrás de la parrilla. Y también contaba con una sirena replicada a las usadas por las fuerzas de seguridad.

Todo calculado. Tanto que, ya en el terreno de la leyenda, se afirma que este Cadillac Town Sedan fue el primer auto particular en tener montado un sistema de radio, con el que se captabas las frecuencias de la policía y, así, podían anticipar movimientos de uno de los enemigos, en este caso el oficial.

El paso del Cadillac tras la caída de Al Capone

La última referencia de venta fue en 2012, cuando Sotheby’s logró subastarlo en 341 mil dólares, aunque tenía una expectativa de superar los US$ 600 mil. Antes de ello, el Cadillac pasó por una gran cantidad de propietarios.

Según la reconstrucción histórica, Al Capone pudo mantener la propiedad del auto aun en una cárcel del condado de Cook, en las afueras de Chicago. Allí contó con la complicidad del alcaide, David Moneypenny, a quien en artículos de diarios de la época (entre ellos el Milwaukee Sentinel) fue denunciado como usuario habitual del Cadillac del mafioso. La condena de Capone fue confirmada en mayo de 1932 y su destino de reclusión final fue Alcatraz, el siniestro presidio situado frente a las costas de San Francisco.

Luego el auto, entre otras tantas propiedades del gangster, fue confiscado por el gobierno de Estados Unidos. De hecho, se llegó incluso a usar como coche oficial de Franklin Delano Roosevelt durante su presidencia, que comenzó en 1933 y se extendió hasta 1945. Pero el gobierno lo hizo a un lado cuando se lo empezó a cuestionar y, sobre todo, a relacionar con negocios oscuros por el sólo hecho de llevar al jefe de Estado en un auto que le perteneció al mafioso más peligroso.

Desde entonces, el Cadillac pasó por Londres, Manchester, Canadá y de vuelta a Estados Unidos, siempre en manos de coleccionistas y en proceso de restauración, con el afán de dejarlo como lo llevaba Al Capone.

Fue importante en la reconstrucción histórica del auto un testimonio recogido en 2008. Lo dio Richard Capstran, alias “Cappy”, quien por entonces tenía 91 años y confirmó el trabajo que su padre hizo para blindar la carrocería, a fines de la década del 20.

El carrocero de Chicago Ernest Capstran primero intentó negarse a hacer el trabajo solicitado por los mafiosos, pero le hicieron una oferta que no pudo rechazar. El pago lo hizo Al Capone en persona, quien le dio el doble de lo convenido. Y al pequeño Cappy le regaló un billete de diez dólares. Según informa Celebrity Cars en su sitio fue Capstran, cuando estuvo cara a cara con el auto 80 años después, confirmó que el Cadillac era el de Capone.

Ahora, la agencia afincada en Las Vegas lleva más de dos años con el auto en exhibición, por el que pide un millón de dólares para venderlo. Si Al Capone viviera (murió el 25 de enero de 1947, de un derrame cerebral, en su casa de la Florida) tendría la capacidad para comprarlo. Dinero le sobraba y hacía ostentación de ello. Hoy, el Cadillac blindado está en la difícil tarea de conseguir dueño.