¿Por qué tengo el deseo incontenible de morder a las personas que amo?

¿Por qué tengo el deseo incontenible de morder a las personas que amo?

FOTO VIA ALAMY.

 

Ocurrió. Estaba en la cama con mi pareja , en brazos del otro, cuando de pronto la visión de su piel me desató unas ganas salvajes e incontrolables: tenía que morderla .

Por Dani Ran 

Traducción libre de lapatilla.com 

Es una sensación que ya había experimentado y que sin duda volveré a intentar. Por lo general, viene con una intensa sensación de adoración, deleite y confusión, y morder me brinda el alivio somático que necesito desesperadamente.

Seamos claros, no es que quiera lastimar a la otra persona. Es más como si quisiera apretar ligeramente su brazo, muñeca u hombro entre sus dientes, no como un perro rabioso, más como un perro que sostiene un huevo en la boca sin romperlo .

Obviamente mi pareja lo encuentra insoportable. Porque no soy un perro, soy un ser humano adulto que no puede contenerse. Si bien este impulso es un cruce entre el pensamiento intrusivo y el deseo puro, reconozco que no es ni racional ni socialmente aceptable. Pero recientemente he visto más y más memes como ” memes de “ instintos femeninos para morder a los demás ” que me han hecho sentir un poco menos incomprendida.

¿Es algo normal? ¿Tiene algo que ver con el género? ¿Qué significa? Después de hacer la pregunta a mis seguidores de Instagram, mi caja de DM se inundó con otros bocados compulsivos de todas las edades, géneros y orientaciones sexuales. Así que descubrí que muchas otras personas como yo tienen este impulso y que no está relacionado con ningún problema particular sobre el canibalismo, los vampiros o algo por el estilo.

“Diría que es en parte una cosa sexual, es decir, morder me excita”, me dice Vanessa, de 23 años. “Pero una parte de mí, honestamente, también lo ve un poco como apretar una pelota antiestrés. Como que tal vez estamos caminando y de la nada te pregunto si te puedo dar un mordisco en el brazo”.

La sensación de alivio parece ser universal entre quienes muerden. “Cuando era niño, solía morder cosas como almohadas y juguetes de goma para lidiar con la alegría, la ira y cualquier otro sentimiento intenso”, dice Murray, de 25 años, quien muerde regularmente a su novia. “Ahora los momentos en los que me siento abrumado por el afecto funcionan de la misma manera. Asocio la acción con emociones positivas, creo. Como cuando algunas personas ven un perrito lindo y dicen que les gustaría apretarlo muy fuerte, algo así”.

Estas expresiones (morder a un compañero, apretar a un cachorro, pellizcar a un recién nacido) se han considerado durante mucho tiempo rompecabezas dentro del comportamiento humano, pero estudios recientes les han dado un nombre: expresiones dimórficas. El término, acuñado por la psicóloga social Dra. Oriana Aragón en 2015, indica expresiones externas que parecen contradecir los sentimientos que las provocan.

La investigación de Aragón comenzó en 2012, cuando aún era una estudiante especializada en la relación entre las emociones y la expresión. Estaba viendo un programa de entrevistas vespertino y la presentadora, la actriz Leslie Bibb, dijo sobre un cachorro durante la entrevista: “Es tan lindo que quiero patearlo en la cabeza”.

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