Hombres, dejen a un lado los tabúes: la ciencia afirma que el orgasmo prostático es el más placentero

Hombres, dejen a un lado los tabúes: la ciencia afirma que el orgasmo prostático es el más placentero

(Image: Getty Images/iStockphoto)

 

 

 





Es pura anatomía. Estimular la próstata a través de la pared rectal puede provocar sensaciones excepcionalmente placenteras a los varones. El orgasmo puede ser mayor que el que se obtiene por la estimulación del pene. No es especulación. Esta es la conclusión a la que ha llegado una revisión de estudios que se publica en el último número de la revista médica «Anatomía Clínica» .

Por ABC

Roy Levin, un investigador de la Universidad inglesa de Sheffield, decidió analizar los estudios disponibles sobre la anatomía y la fisiología de la próstata masculina. El objetivo era conocer su participación tanto en la reproducción humana como su papel en la obtención de placer sexual . En este último punto, pretendía aportar información científica porque solo encontraba información de casos anecdóticos y experiencias de algunos individuos.

¿Por qué es más placentero?

Tras esa revisión concienzuda llega a la conclusión de que «puede haber poca duda de que estimular la próstata desde el recto puede crear sensaciones excepcionalmente placenteras, a menudo superando aquéllos obtenidos de la estimulación peneana», escribe. Sin embargo, el mecanismo exacto mecanismo por el cual se produce esta sensación tan placentera no está suficientemente claro, reconoce Levin. Algunos estudiosos proponen que es por las sensaciones que transmiten los nervios que recorren la superficie externa de la glándula (plexo prostático). Otros estudios sugieren que es por la inervación de la próstata en sí misma o, incluso, que se necesita cierto entrenamiento y hasta un “recableado” del cerebro para saber apreciar el orgasmo prostático.

Reticencias científicas

Lo que está, completamente claro, asegura Levin es la reticencia de la comunidad científica a estudiar este fenómeno. «Posiblemente porque implica la necesidad de realizar una inserción rectal y de estimulación», argumenta. Basta con poner un ejemplo obvio: «¿Por qué aún no existe ninguna imagen cerebral de un varón durante la estimulación de la próstata?» . Sí, lo hay de parejas heterosexuales manteniendo relaciones sexuales en el interior de una resonancia magnética, por ejemplo. Solo teniendo escáneres cerebrales de los dos tipos de estimulación -peneal y prostática- podríamos hacer una comparación objetiva, asegura.

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