Empleada doméstica demanda a Jeff Bezos por no dejarla ir al baño

Empleada doméstica demanda a Jeff Bezos por no dejarla ir al baño

Jeff Bezos (Andrew Harrer/Bloomberg)

 

Jeff Bezos (Albuquerque, EE UU, 58 años) era hasta hace unos meses el hombre más rico del mundo, con un patrimonio estimado en 120.000 millones de euros. Ahora, vuelve a estar en el centro de la polémica y no por adquirir alguna empresa millonaria y desbancar a Elon Musk del podio que le arrebató en abril. Una de sus antiguas empleadas del hogar le ha demandado por las condiciones laborales en las que trabajaba en una de sus mansiones.

Por El País





Mercedes Wedaa, a la que contrató para limpiar en su mansión de Seattle, ha denunciado al fundador y presidente ejecutivo de Amazon por las condiciones laborales “inseguras e insalubres” con las que tuvo que lidiar desde 2019. Entre las alegaciones, la demandante destaca que tanto ella como sus compañeras tenían que “saltar por la ventana del cuarto de la lavadora para poder ir al baño”, ya que no les cedieron ningún aseo de fácil acceso y les prohibieron usar uno más cercano a su puesto de trabajo.

Por ello, algunas empleadas del hogar sufrieron frecuentes infecciones urinarias, dado que “tenían que pasar gran parte del día sin poder usar el baño”. Además, al personal se le prohibió acceder a la casa cuando la familia Bezos estuviese allí, a menos que estuvieran limpiando. Wedaa alega en la denuncia que trabajaba entre 10 y 14 horas al día y que no les daban suficiente tiempo de pausa para las comidas o para el descanso. De hecho, asegura, ni siquiera tenían una sala para ello.

Las trabajadoras sufrían diariamente discriminación racial por su origen hispano por parte del administrador de la casa, siempre según la versión de la exempleada y tal y como ha señalado en la demanda impuesta contra el magnate. Asegura, en cambio, que era “respetuoso y educado” con los jardineros y el personal de mantenimiento blanco. Finalmente, Wedaa fue despedida de su cargo después de presentar quejas sobre las condiciones laborales que sufría cada día.

Lea más en El País