Lindsay Lohan, Dennis Quaid y Natasha Richardson: las tristes historias de los actores que nos divirtieron en Juego de gemelas

Lindsay Lohan, Dennis Quaid y Natasha Richardson: las tristes historias de los actores que nos divirtieron en Juego de gemelas

Lindsay Lohan y Erin Mackey en “Juego de gemelas”

 

Aunque faltan unas semanas para Navidad y todavía nadie armó el arbolito, los que anduvieron por Netflix seguramente se asombraron al comprobar que en su Top 10 figura Navidad de golpe, una propuesta que ocurre en los días previos a que llegue Papá Noel. Lo que hace que más de uno se decida a verla no es su tema sino su protagonista: Lindsay Lohan. Luego de diez años, la pelirroja volvió a ser parte de un proyecto con mucho presupuesto. “Siento que en este momento no tenemos suficientes comedias románticas, realmente divertida y edificante. Cuando leí el guion y comenzamos a filmarlo, no me di cuenta de lo divertido que íbamos a hacer físicamente. Hay mucha comedia física en él, lo que realmente me gusta” explicó Lohan. Navidad de golpe tiene guiños a otras películas emblemáticas de la actriz como Chicas pesadas y Golpe de suerte, pero no de Juego de gemelas, esa comedia infantil que casi todo niño de los 90 vio y cuyos protagonistas tuvieron vidas mucho más complejas que las que mostraban en pantalla.

Por infobae.com

Si un terapeuta familiar tomara el guion de Juego de gemelas seguramente se horrorizaría. Dos gemelas (Alerta spoiler) son criadas separadas, una en Inglaterra y la otra en Estados Unidos, por sus padres divorciados. Cuando son enviadas por casualidad al mismo campamento, mientras comparten una ¡cabaña de castigo! descubren que comparten algo más que la misma fecha de cumpleaños. Así que deciden no solo intercambiar sus lugares de residencia, también volver a unir a sus padres y de paso evitar que el papá se case con una modelo veinteañera y malvada. La historia no era un relato original sino una adaptación a otra cinta de 1961 llamada Operación Cupido que, a su vez, es una adaptación de la obra literaria alemana Las dos Carlottas de 1949. Es que en Hollywood las ideas no se matan, se reciclan.

Para el rol del padre, el elegido fue Dennis Quaid. El actor en ese momento estaba casado con una Meg Ryan que ocupaba el trono de reina de la comedia romántica. Juntos formaban la pareja soñada de HollywoodÉl venía del profundo Texas, había triunfado en la meca del cine y su relación con la adorable “chica de al lado” era la versión del sueño americano. Lo que pocos sabían es que puertas adentro, sufría porque mientras la carrera de su mujer crecía, él veía frenada la suya y buscaba ayuda no en la terapia, la familia o los amigos sino en el alcohol y la cocaína.

Natasha Richardson resultó la indicada para interpretar a la mamá. Oriunda de Londres no necesitaba practicar el acento british. Aunque no era una megaestrella era bastante conocida y desde 1994 estaba casada con Liam Neeson. Richardson además tenía cierto parecido con lady Di, que había muerto el año anterior, lo que hacía más atractivo su personaje.

Con los adultos elegidos y siendo una película producida por Disney no había dudas con la niña protagonista: Lindsay Lohan, una auténtica chica Disney. Aunque el film sería su debut cinematográfico no era una recién llegada. A los tres años ya protagonizaba publicidades en la tele y también en revistas. A fuerza de carisma y talento había logrado imponerse en un mundo donde lo que predominaba era el estereotipo rubias con ojos azules “Yo era una pelirroja con pecas. Pero nunca lloré ni me quejé como muchos de los otros niños”, contaría ella.

Había cumplido diez años cuando la convocaron para Juego de Gemelas. Para el rol de Hallie y Annie también audicionaron Scarlett Johansson y Mara Wilson. Lindsay fingió estar enferma, faltó a la escuela y dio la prueba. Al verla, los productores dijeron: “Hay algo eléctrico en esta chica’” y le dieron el papel.

Para filmar, Lindsay abandonó la escuela durante ocho meses. “Cuando regresé, mis amigos me decían: ‘¿Adónde fuiste?’ Le dije: ‘Mi familia y yo nos fuimos de vacaciones largas’. Luego salió la película y dijeron: ‘Um, ¿Lindsay? Esa eres tú. Y dije: ‘Oh, sí. También hice esta película mientras no estábamos’”.

Hacer de dos siendo una no fue sencillo. No solo debía imitar a la perfección el acento británico, además debía actuar la misma escena pero en roles diferentes. Lindsay filmaba un papel con una doble y luego volvía a grabar en lugar del suplente. Después, en postproducción, el resultado pasaba a ser editado por los expertos. Se colocaba el rostro de Lindsay en el cuerpo de la doble y voila, se lograba el efecto dos por uno.

Entre toma y toma, Lindsay tenía tiempo para divertirse con otros actores. Así surgió una de las escenas más icónicas: el saludo con Simon Kunz, que interpreta al mayordomo Butler Martin. Según relata el portal oficial de Disney, el saludo surgió de algo que hizo bromeando con Lohan y como gustó, les pidieron que lo hicieran en la película.

Algunas escenas no fueron sencillas de filmar. Para que explotara el globo con agua sobre la cabeza de Lohan hubo que pedirle a su doble que se colocara un aguja disimulada sobre su cabeza. La toma en la que Annie camina descalza con miel se filmó 10 veces porque no salía correctamente por los dedos de sus pies. Lo mismo ocurrió con la toma con chocolate, el dulce se endurecía muy rápido y no se lograba el efecto visual adecuado.

Comprometida con su papel, Lindsay no tuvo problemas en que le perforaran sus orejas como muestra la película. Sin embargo, la toma no se vio en la edición final porque los productores pensaron que el “niños no lo intenten en sus casas” sería desobedecido, así que mejor evitar riesgos y sobre todo, potenciales juicios.

Mientras Lindsay mostraba un profesionalismo único, lo que pocos sabían es que su padre enfrentaba cargos por fraude bursátil. Un tribunal lo encontró culpable y fue condenado a cuatro años de prisión. Mientras esto sucedía, en una extraña y polémica decisión, Dina decidió no contarle a la hija lo que pasaba con el padre. “Mi mamá simplemente dijo: “Papá está trabajando. Él está lejos. El está ocupado.” Finalmente lo resolví. Yo estaba como, “Mamá, no soy idiota”

Después de que su papá fuera a prisión y ante el éxito arrasador de Juego de Gemelas, la vida de Lohan no volvió a ser la misma. Cambió de escuela secundaria y pasó de una elegante en North Shore a otra escuela más de clase trabajadora en South Shore. Le gustó el cambio aunque, al principio, no fue fácil. Un grupo de chicas asumieron que iba a ser una agrandada y le advirtieron que si iba a cierta fiesta en una casa, la golpearía. Lohan finalmente se las ganó. Sin embargo, a los dos años dejó la escuela.

Juego de gemelas fue un exitazo y a casi 25 años de su estreno se convirtió en un verdadero clásico para disfrutar en familia junto a un bol lleno de pochoclos caseros. Las críticas de ese momento fueron unánimes. La peli era buena y divertida pero no sería tan maravillosa sin la maravillosa Lindsay. La película se estrenó el 29 de julio de 1998 y pocos podían intuir el rumbo trágico que tomaría la vida de Quaid, Richardson y Lohan cuando posaban sonrientes y felices.

Tres años después, Quaid se divorciaba de Megan Ryan en medio de rumores de romance de ella con Russell Crowe. El actor cayó en una fuerte depresión y aumentó su adicción con las drogas. Luego de una experiencia donde la muerte lo rondó, logró desintoxicarse. Divorciado e Ryan, mantuvo algunos romances. Los más conocidos fueron con Andie MacDowell y con la modelo de Playboy y actriz Shanna Moakler. Fue Kimberley Buffington, una agente inmobiliaria, quien logró que el actor diera el “sí” por tercera vez. La pareja tuvo mellizos que casi mueren por una sobredosis de anticoagulante. El matrimonio se disolvió en 2012. En cuanto a su carrera no se disolvió pero tampoco logró la regularidad ni el rol súper estrella que lograron un Brad Pitt Tom Cruise.

Mucho más triste es la historia de Natasha Richardson. Mientras esquiaba en Canadá junto a uno de sus hijos tuvo un accidente en la nieve que pasó desapercibido para ella. Se lo mencionó a Neeson en una llamada telefónica como un simple detalle más de la jornada: “Oh, cariño, me caí en la nieve”. Eso fue todo. La lesión no parecía grave, pero su cuadro empeoró. El hematoma le causó muerte cerebral. A los 45 años, la actriz falleció. “Eso es lo extraño del dolor: no podés prepararte para eso. Creés que vas a llorar y terminar con todo de una vez. Uno hace esos planes, pero nunca funcionan. Te golpea en medio de la noche, bueno, por lo menos a mí me golpea en medio de la noche. Entonces, salgo a caminar. Hay momentos, ahora, en nuestra residencia de Nueva York, en los que escucho que se abre la puerta. Ella siempre dejaba caer las llaves en la mesa y una parte de mí espera que me diga ‘¿hola?’, como solía hacerlo cada vez que llegaba. Cada vez que escucho que se abre la puerta sigo pensando que voy a escucharla y, entonces, el dolor me golpea. Es como una ola”, describió el actor sobre su dolor infinito.

Menos trágica pero bastante triste y complicada fue la vida de Lindsay Lohan. Su segundo exitazo vino con Un viernes de locos donde nuevamente debía interpretar un juego de roles, esta vez y por un hechizo terminaba convertida en su madre, personaje protagonizado por esa enorme actriz que es Jamie Lee Curtis. Fue la adolescente naif recién venida de África que peleaba por un lugar en el secundario en Chicas pesadas, la conductora intrépida en Herbie a toda marcha, la soñadora en Confesiones de una típica adolescente y la ganadora que se convierte en una perdedora total en Golpe de suerte.

Mientras los éxitos seguían, también se sucedían ciertos escándalos que por su fama se amplificaban. En 2007 fue detenida dos veces por conducir pasada de copas y luego de estar unas horas detenida encaró un tratamiento de rehabilitación. Es que además del alcohol, la joven también coqueteaba peligrosamente con las drogas. Algunos hablaban de consumo de cocaína pero ella reconoció que fumaba marihuana y tomaba éxtasis por los efectos que tenían.

La típica rebeldía adolescente que incluso puede llevar a cierto coqueteo peligroso con las drogas o el alcohol que transitan millones de chicos, en Lindsay se transformaba en notas y más notas y cientos de horas de programas televisivos. Ella respondía como podía o como le salía.

¿La acusaban de ser adicta al sexo y participar de orgías? Aparecía desnuda emulando a Marylin Monroe para la revista New York y teniendo una relación con la Dj, Samanta Ronson. ¿Le exigían presentarse una vez por mes ante la Justicia? Contestaba partiendo de vacaciones a París y volviendo recién cuando emitían una orden de captura internacional. ¿Le colocaban una pulsera de arresto? La lucía como un accesorio más en las discotecas más top mientras posaba orgullosa ante los fotógrafos.

En 2010 transitó una de las situaciones más crueles. Nuevamente y por consumo de drogas fue condenada a pasar diez días en prisión y realizar tareas comunitarias. Por jugarreta del destino o simplemente por maldad supina le ordenaron cumplir su condena en la morgue, allí le tocó colocar en una bolsa mortuoria el cadáver de Whitney Houston que había muerto horas antes por una sobredosis. Aunque había otras personas para hacer esa tarea la designada fue “la chica Disney”. La escena por demás macabra la hizo pensar si no era tiempo de ver para dónde rumbeaba su vida.

Y a todo esto, ¿dónde estaban sus padres? Michael, estuvo detenido por conducir ebrio y estrellarse contra un poste de luz, cuando salió lo volvieron a detener por conducir sin licencia, además amenazó de muerte a sus cuñados y solía golpear a su esposa y a sus hijos luego de consumir droga frente a ellos. Mientras Lindsay permanecía internada en las clínicas de rehabilitación, se encargaba de vender a los tabloides más sensacionalistas las conversaciones con su hija pidiendo ayuda.

Su madre, Dina tampoco clasificaba en un concurso de “madre del año”. Cada vez que Lindsay ingresaba a una clínica, le avisaba a los productores de distintos programas a qué hora la visitaría para que la siguieran con sus cámaras y la grabaron entrando compungida y preocupada. En el 2003, la policía descubrió que tenía un acosador y llamaron más de 20 veces a Dina para sugerirle medidas preventivas. Su respuesta fue… salir de bares con su hija.

En 2016 parecía que Lindsay por fin encontraba un poco de paz cuando se comprometió con Egor Tarabasov, el hijo de un magnate ruso, siete años menor que ella. La relación se rompió en medio de situaciones de violencia. Huyendo de Hollywood, la ex chica Disney, decidió gestionar un parador en Mykonos, ese pequeño paraíso en la tierra. Después de una una década casi sin trabajar en cine, Navidad de golpe parece destinada a darle la revancha que precisa. Los que disfrutamos Juego de gemelas y nos seguimos riendo con Chicas pesadas cruzamos los dedos para que si la vida no le da otra oportunidad, al menos le dé una larga y merecida tregua, sobre todo sin que para eso deba rendirse.

 

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