Los secretos de May Pang, la amante que Yoko Ono le presentó a John Lennon para su “fin de semana salvaje”

Los secretos de May Pang, la amante que Yoko Ono le presentó a John Lennon para su “fin de semana salvaje”

Primero se resistió, pero luego May aceptó la propuesta y hasta se enamoró de su jefe John Lennon

 

Verano de 1973 en Nueva York. El sol pegaba fuerte sobre los ventanales de la oficina de un piso muy alto de Manhattan. Yoko Ono entra sin pedir permiso y se dirige directamente a su asistente personal, May Pang, la chica también trabajaba para John Lennon.

Por infobae.com





La mujer la encaró directamente parada mientras la joven la miraba sentada en su escritorio lleno de papeles por firmar: “Con John estamos un poco distanciados en estos momentos. Él va a empezar seguramente a ver otras chicas. Y prefiero que esa seas vos. Justo no tenés novio y creo que serías una buena compañía para él”.

Propuesta indecente

A la chica las palabras de Yoko le cayeron como un baldazo de agua fría. No entendía bien a que se refería. Nunca había mirado a Lennon con esos ojos. Para ella, sólo era su jefe y Yoko su jefa. “No puedo hacer eso, es tu marido. ¿Te volviste loca, Yoko?”, le dijo la joven sin levantar la voz. Sin embargo, estaba por empezar su historia de amor con el músico.

Pang es hija de inmigrantes chinos que llegaron a Nueva York y pusieron una lavandería en Harlem. La chica entró a trabajar a Apple Records, la división que protegía los intereses artísticos y económicos de Los Beatles. Tiempo después, Pang empezó a trabajar en forma exclusiva para la pareja, tras la separación de la banda. Estaba pendiente de ellos las 24 horas. Era una todoterreno. Tanto fue así que Yoko se animó a hacerle esa propuesta en el verano del 73. Ahora, hasta tenía que ser la novia de John.

“Arrancaba muy temprano. Preparaba el café tal como ya sabía que lo querían John y Lennon. Abría y leía las cartas de sus fans para seleccionar las más importantes. Y hasta le concertaba citas con Andy Warhol o Jacquie Onassis”, describió May su trabajo en una entrevista a la revista People muchos años después.

Primero se resistió, pero luego May aceptó la propuesta y hasta se enamoró de su jefe John Lennon. Vivieron lo que uno de los fundadores de Los Beatles llamó su fin de semana salvaje. La etapa de “soltero” de Lennon junto a Pang duró 18 meses, bajo la atenta mirada y el consentimiento de Yoko que controlaba todo desde su departamento en Nueva York, frente al Central Park. La mujer llamaba a la nueva pareja hasta 15 veces por día. Nunca dejaron de estar bajo la mirada de Yoko.

Palabra de Yoko

En una entrevista al diario The Telegraph del 2012, Yoko dio su versión de lo que sucedió ese verano de 1973. Cómo estaba su relación con John y la necesidad de un impasse. “May es linda y eficiente. Ideal para estar con él en ese momento”, reveló la esposa de Lennon. De aquella época es una canción de Ono dedicada a su marido titulada I want my love to rest tonight (quiero que mi amor descanse esta noche) que define exactamente el momento que vivía. “Hermanas, no culpen demasiado a mi hombre/Sé que está haciendo lo mejor que puede/Conozco su miedo y su soledad/No puede hacer más, ni menos”, dice el inicio de la letra.

Ahora, con 73 años, Pang cuenta su parte de la historia en un documental que se estrenó en Estados Unidos. El film se llama “The Lost Weekend: A Love Story” (el fin de semana perdido: una historia de amor). Allí, May relata su amorío con Lennon. “Tenía 23 años y por una orden de Yoko, Lennon fue mi primer novio”.

Eve Brandstein, una de las tres directoras de la película, se contactó con Pang hace 25 años. Todo ese tiempo le llevó convencerla para que dé su testimonio en el documental que pone luz en la única mujer que estuvo entre John y Yoko, una de las parejas más famosas del mundo.

Un fin de semana de 18 meses

El lugar común indicaba que durante ese período, que arrancó en 1973 y duró 18 meses, John desbarrancó en los excesos de drogas y alcohol, sin el control o la mirada de Yoko. Pero parece que no fue así. O al menos Pang lo desmiente en el documental. “Pasaba el rato con sus amigos y se divertía mucho –recuerda May en el documental-. Yo era 10 años menor y, entonces, hacíamos todas las cosas que hacen las parejas jóvenes”.

Durante la película, Pang aclaró de dónde salió el mito del “fin de semana perdido”. Durante abril de 1974, huboun incidente en un bar de Los Ángeles. Lennon fue expulsado de un club nocturno en el que pasabe el tiempo con un grupo de amigos. La prensa escribió que esa noche estaba “muy pasado de copas”. En ese momento, ante las preguntas el ex Beatle respondía: “Oigan, fue un fin de semana de borrachera, nada más ¿De acuerdo?”. Sobre ese tema, May explicó que “la gente no entiende que la frase no se refería a nuestra relación”.

En la década del 90, Pang ya había escrito un libro en el que daba su versión sobre los 18 meses que pasó junto a Lennon. El texto se tituló Loving John (amando a Jonhn). En esas páginas, la hija de inmigrantes chinos detalla que su relación con Lennon no fue solo una aventura pasajera o una casualidad, como algunos la caracterizan, sino un amor profundo y duradero.

Cuando Pang trabajaba como asistente de la pareja más icónica del rock, Ono dejó en claro que no solo quería que su subordinada hiciera su trabajo, sino que también se convirtiera en amante de Lennon. Fue la mañana del verano del 73 en la que la esposa de Lennon la encaró sin vueltas. Así lo recordó May en el film. “No lo podía creer. Pensé que se había vuelto loca. Me estaba preguntando eso pero, al mismo tiempo, me dijo: ‘¡Lo harás ! ‘”.

Los padres de Pang tenían un matrimonio arreglado e infeliz. Antes de emigrar a Estados Unidos. El hombre era un chino tradicional de esa época, no tenía interés en una hija. Por eso, May se apoyaba mucho en su mamá. “Mi padre le tenía más miedo a ella que al revés. Me alineé con ella”, recuerda la protagonista del film.

El carácter desafiante de Pang la convirtió en una fan natural del rock and roll. “La música fue mi salvadora”, define. Fue así que empezó a trabajar en Apple Records hacia finales de la década del 60. Un lugar mítico en el que podía cruzarse con sus ídolos. La primera vez que vio a Lennon y Ono en la oficina, se quedó un poco desconcertada. “Parecía que no se habían bañado en meses”, recordó May.

Con el tiempo, Pang se convirtió en asistente de la pareja. Tanto fue así que colaboró con la película de vanguardia Fly, dirigida por la esposa de Lennon. A la joven asistente le tocó encontrar las moscas que protagonizan el film y que se arrastran por el cuerpo desnudo de una mujer.

Para otra película de Ono, Pang tuvo que pedirle a la gente común y a las celebridades que mostraran sus piernas a la cámara por la paz. A pesar de su amor por la música de los Beatles, Pang dice que no tenía fantasías con Lennon en ese momento. Para que conste, dijo, su Beatle favorito era Ringo. Inicialmente, eso fue una ventaja para Ono. “Cualquiera que ella sintiera que estuviera seduciendo a John, hubiera sido despedida”, explicó May.

La química de John y May

El arranque de la relación de Pang con Lennon no fue fácil. Lograron mayor confianza cuando comenzaron a tener sexo. Fue tanta la química que cuando John viajaba a Los Ángeles, Pang se convirtió en su amante y lo acompañó en el ya mítico “fin de semana perdido”. Vivían entre una inmensa casa en California en donde había fiestas a las que concurría Mick Jagger, Elton John y Ringo Starr y otro lujoso departamento de Manhattan de 370 metros cuadrados en el último piso de un edificio.

Esos 18 meses entre la soleada California y Nueva York fue también fuente de inspiración para el músico. En ese período grabó el álbum Rock’n’Roll, que incluía versiones de canciones que lo habían influenciado. Libre, tanto de las demandas de la Beatlemanía como de sus tensiones con Ono, Pang, “Lennon tenía que hacer cosas normales. Lo llevé a viajar en colectivo y a pasar tiempo en los parques o las playas de la costa oeste”, relató May.

May también lo ayudó a reconectarse con su vida antes de que Ono entrara en escena. Según Pang, cada vez que llegaba una llamada al Dakota del hijo pequeño de Lennon, Julian, de quien se había distanciado. “Yoko me mandaba a decir que le dijera al nene que su padre no estaba disponible”, recordó.

También le dijo que no le contara a Lennon sobre las llamadas. Ahora que Lennon estaba con ella en Los Ángeles, Pang animó al ex Beatle a volver a conectarse con su hijo. “No había visto a su padre en mucho tiempo –dijo Pang-. Había tanto que se estaba perdiendo. Los momentos de crecimiento del niño en las distintas etapas de su vida”.

Pang también ayudó a Lennon a reencontrarse con la madre de Julian, su primera esposa, Cynthia Powell. En el documental, estrenado en Estados Unidos la semana pasada, Julian surge como el mayor aliado y testigo de Pang.

No es que todo fuera felicidad en esos 18 meses. Pese a las desmentidas, Lennon bebía en exceso y protagonizó varios escándalos en bares de California. Pang sostuvo siempre que no consumían drogas duras. Además, cuanto más tiempo pasaba Lennon en su largo fin de semana perdido, los celos de Yoko iban in crescendo. “Empezó a llamar un millón de veces al día. Le decía a su marido ´solo quería que supieras que di un paseo por la cuadra. Que siempre estaré presente en tu vida’”, contó la asistente de la pareja.

John vuelve con Yoko

En 1975, Lennon y Pang regresaron definitivamente a Nueva York. Alquilaron un departamento lejos del mítico Dakota. Vivieron en un último piso en un lujoso edificio de la isla de casi 400 metros cuadrados. Pero esta última etapa duró poco y John volvió con Yoko un par de semanas después de la mudanza.

Pang se vio sorprendida. Hasta la actualidad no puede entender las razones que tuvo Lennon para volver con Yoko.

En ese sentido, Pang cree que la caracterización de Lennon de sus últimos años con Ono como una época de felicidad doméstica fue una invención que usó para promocionar su álbum de reunión con ella, Double Fantasy. “Él entendió qué hacer para que funcionara en los medios”, admitió May en el documental.

Pang dijo que la última vez que habló con Ono fue una llamada que le hizo después de que Lennon regresara a vivir al Dakota. “Dije: ‘Felicidades. Has recuperado a John. Deberías estar muy feliz ahora. Su respuesta fue muy interesante para mí. Ella dijo: “´¿Feliz? No sé si alguna vez seré feliz’. Para mí, eso no sonaba como si alguien invitara a esa persona a volver a su vida en forma cálida”. En tanto, May recibió varias veces en su casa a John, a escondidas de Yoko. Se convirtieron en amigos íntimos. “Conmigo se abría mucho. Me hizo varias confesiones”, reveló la mujer en el documental. Todo terminó el 8 de diciembre de 1980 cuando Mark David Chapman asesinó a John Lennon de 5 tiros en la puerta del edificio Dakota.