Un colectivo de 684 mototaxistas, pertenecientes a 20 empresas registradas legalmente, emprendieron manifestación pacífica en las calles de Ureña, reclamando a las autoridades venezolanas que les dejen circular por el tramo del Comando de la Guardia Nacional hasta el Puente Francisco de Paula Santander.
Por Anggy Polanco / Corresponsalía lapatilla.com
Los conductores afirman que los transportistas ilegales y los taxis colombianos sí pueden utilizar la estructura binacional, pero ellos, que están formalizados legalmente, tienen vetado el acceso a la estructura binacional que enlaza con El Escobal, por una orden que establecen los militares de la Guardia Nacional en el punto de control.
Desde el punto del comando hasta el puente Francisco de Paula Santander, hay un tramo de aproximadamente 1 kilómetro, por el cual, gran parte de los ciudadanos deben caminar a pie, mediante unos bicitaxis o en sus vehículos particulares autorizados para entrar en territorio neogranadino.
Daniel Ramírez, integrante del gremio de mototaxista de Ureña, pidió el libre tránsito hasta el mencionado puente, para que les sea asegurado el derecho al trabajo, para trasladar pasajeros que vuelven a Ureña, al igual que lo hacen otros transportes ilegales.
Indicó que así como las líneas de mototaxis abonan impuestos y patentes, tienen derecho a la libre movilidad, tanto de ida como de vuelta, entre el Puente Francisco de Paula Santander y el municipio Pedro María Ureña.
Cabe destacar que los motorizados no están solicitando llegar al lado colombiano de esta estructura binacional, sino a la entrada, para atraer a los clientes que vuelven por este segmento fronterizo.
“Señor Gobernador Freddy Bernal, necesitamos recoger pasajeros en el puente Francisco de Paula Santander en sentido El Escobal – Pedro María Ureña, ya que la gente necesita la ayuda de un mototaxi, porque en las horas pico, las personas vienen sofocadas y con niños pequeños”, relató Luis Richard Granados, uno de los conductores.
Los mototaxistas de Ureña aseguran que los militares de la guardia venezolana no les permiten cubrir ese tramo, “por cuestiones de seguridad”, pero en la actualidad hay un grupo de bici taxis que trabajan ahí. Señalaron que del gremio mototaxis dependen más de 3000 familias del municipio fronterizo.