En vídeos del 7 de octubre, el cuerpo de una mujer joven yace boca abajo en la parte trasera de una camioneta, en ropa interior y con una pierna doblada en un ángulo antinatural. Uno de los hombres sentados a su lado le tira del largo cabello mientras hombres armados a su alrededor gritan alabanzas a Dios.
Por The Guardian
Traducción libre de lapatilla.com
Las imágenes del cuerpo de Shani Louk, la joven israelí-alemana descrita por su madre como una “persona muy feliz y vivaz [a quien] le gustaba la música, el baile y la vida”, siendo exhibida por las calles de Gaza fueron algunas de las primeras en salieron a la luz el 7 de octubre cuando la magnitud del horror que sufrieron las familias dormidas en los kibutzim vecinos a la franja y la gente que estaba de fiesta en una fiesta rave cercana comenzó a hacerse clara.
En los más de tres meses transcurridos desde el ataque sin precedentes del grupo palestino Hamas, las atrocidades que cometieron los militantes han sido bien documentadas. Israel todavía está lidiando con el trauma: familias enteras quemadas vivas, torturas y mutilaciones, niños y ancianos arrancados de los brazos de sus seres queridos y tomados como rehenes.
Los servicios de emergencia arriesgaron sus vidas en los combates del 7 de octubre y varios días después para rescatar a los heridos y recuperar a los muertos. El caos significó fallas significativas en la preservación de evidencia de violencia de género y lo que está llegando a ser visto como el uso sistemático de la violación como arma de guerra por parte de Hamás.
La principal unidad de investigaciones policiales de Israel, Lahav 433, todavía está estudiando más de 50.000 pruebas visuales y 1.500 testimonios de testigos, y dice que no puede dar una cifra sobre cuántas mujeres y niñas sufrieron violencia de género.
Al comparar testimonios dados a la policía, entrevistas publicadas con testigos y secuencias de fotografías y videos tomadas por sobrevivientes y socorristas, The Guardian tiene conocimiento de al menos seis agresiones sexuales para las cuales existen múltiples pruebas que las corroboran. Dos de las víctimas asesinadas tenían menos de 18 años.
Al menos siete mujeres que fueron asesinadas también fueron violadas en el ataque, según la profesora Ruth Halperin-Kaddari, académica jurídica y defensora internacional de los derechos de las mujeres, a partir de su examen de las pruebas hasta el momento. El New York Times y la NBC han identificado a más de 30 mujeres y niñas asesinadas cuyos cuerpos presentan signos de abuso, como genitales ensangrentados y ropa faltante, y según el Ministerio de Bienestar israelí, cinco mujeres y un hombre se han presentado en busca de ayuda para los últimos meses.
Inmediatamente después del ataque, abrumadas por el gran número de víctimas y el estado quemado o desfigurado de algunos de los cuerpos, las morgues estaban preocupadas por la identificación y no tenían el tiempo ni la capacidad para realizar pruebas de agresión sexual utilizando kits de violación. dijo la portavoz de la policía, Mirit Ben Mayor. La falta de personal capacitado también fue un problema: según el diario israelí Haaretz, en todo el país sólo hay siete patólogos forenses.
Zaka, la organización de respuesta a emergencias de Israel, normalmente trabaja en cooperación con la policía en los lugares de los ataques terroristas para que las autoridades puedan reunir pruebas antes de que Zaka retire los cuerpos. Muchos han dicho desde el ataque que desearían haberse dado cuenta en ese momento de que, aunque intentaban tratar a los muertos con respeto, también estaban contaminando las escenas del crimen. La mayoría de los trabajadores del Zaka son hombres ultraortodoxos conservadores: varios han dicho que “no pensaron en la violación en absoluto”.
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