Rafah, dividido entre zona de guerra, ciudad fantasma y hacinamiento extremo

Rafah, dividido entre zona de guerra, ciudad fantasma y hacinamiento extremo

Vista aérea de las carpas montadas por miles de palestinos que huyeron a Rafah en busca de refugio.

 

La incursión militar israelí ha dividido en tres la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza: el este, que ha sido reducido a una zona de guerra, un área central convertida en ciudad fantasma y la parte oeste donde la gente está hacinada en condiciones deplorables, dijo hoy la oenegé Consejo Noruego de Refugiados, presente en el terreno.

Unas 900.000 personas se han desplazado este mes en Gaza tras la expansión de la ofensiva de las fuerzas de Israel en Rafah, localidad fronteriza con Egipto y donde cerca de 1,5 millones de gazatíes habían buscado refugio hasta hace algunas semanas.

El Consejo Noruego de Refugiados (CNR) recordó que la mayor parte de esta población ya se ha desplazado siete y ocho veces antes, “y ahora no tiene más remedio que confiar en las llamadas zonas humanitarias seguras designadas por las mismas fuerzas que han matado a sus familiares y destruido sus hogares”.

Denunció igualmente el bloqueo a la entrada de ayuda humanitaria por el paso fronterizo de Rafah, “donde tenemos unos cincuenta camiones parados en la frontera egipcia entre los más de 2.000 que esperan para traer medicinas, tiendas de campaña, reservas de agua, compresas y otros muchos productos básicos”.

La responsable de operaciones de esta oenegé en Gaza, Suze van Meegen, sostuvo que el combustible que ha llegado esta semana a la Franja representa una octava parte de las necesidades humanitarias mínimas, apenas suficiente para mantener en funcionamiento unos pocos servicios sanitarios.

Esta carencia hace imposible bombear o desalinizar el agua o mantener en funcionamiento los sistemas de comunicaciones, entre otros servicios esenciales.

La gente que se va desplazando de un sitio a otros ya no encuentra tiendas de campañas libres en las que instalarse, mientras que la gente no tiene acceso a dinero para comprar alimentos o pagar por un transporte para huir, recalcó la responsable humanitaria. EFE

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