Mitzy Capriles de Ledezma: ¡Buen comienzo!

Mitzy Capriles de Ledezma: ¡Buen comienzo!

No ha podido ser mejor el arranque de la campaña electoral de Edmundo González Urrutia. Ahora fue en Caracas, en donde se desbordó de pueblo la gesta que comenzó a promover María Corina Machado en el interior de Venezuela. ¡Quedó confirmado en la capital de la república que esa dupla es imbatible!

Solo quedan cuatro semanas para que juntos, como hermanos, cantemos con contagiosa emoción el Gloria Al Bravo Pueblo. Nunca antes pensaba que ese fervor nos invadiría el cuerpo, el alma y haría palpitar nuestro corazón con trepidante fervor. Y todo este episodio escenificado en Caracas, es la consecuencia de la persistencia, de la constancia, de la indeclinable capacidad de resistencia y de lucha de una ciudadanía que no se rindió, ni siquiera, en las más atroces circunstancias que ha experimentado en estos más de 25 años de feroz autoritarismo.

Seria mezquino negar el rol jugado por esta valerosa mujer, que dejó atrás las más insólitas conjeturas que sobre ella se vertían. María Corina Machado ha demostrado que vale la pena resistir y sobreponerse a los agravios, a las consideraciones cargadas de desprecio, a los comentarios machistas y despectivos con que más de una vez se la trataba de descalificar. Ella se reinventa día tras día, con esa fuerza espiritual que la ha acompañado hasta estas horas en que va marcando el tiempo de triunfo que se asoma en el horizonte, que solo ven, premonitoriamente, las personas que no dejan de creer en sus propias convicciones, dejándose guiar por las ideas que asumen con una fe indescriptible.





Esa fe que han puesto de manifiesto las muchedumbres que la vitorean en cada pueblo que visita, en donde mujeres y hombres enarbolan banderas de esperanzas como señal inconfundible, que han dejado atrás el pesimismo de los que nunca creyeron en que esa mujer sería capaz de levantarle la moral y el ánimo a un pueblo agobiado por las decepciones.

Por eso, y mucho más, es que desde el exilio nos sentimos dignamente representados por las familias de la Caracas que nunca ha dejado de ser ejemplo, como en aquellos épicos tiempos de la lucha independentista. La Caracas eternamente irreverente, díscola, pero dispuesta a retomar la calma y las virtudes que la califican como el paraíso terrenal.

Estamos a pocos días de la verdad, esa certeza que se ha venido construyendo con sacrificios y sobre todo, con la capacidad de rectificación de unos y otros para hacer posible esa victoria que tenemos a la vista, como premio a un pueblo que nunca perdió el foco, que ahora nos alumbra la vía electoral que transitamos. El buen comienzo de esta campaña en la Sultana del Ávila es el preludio del resultado que a veces parecía imposible de conquistar. ¡Viva Venezuela!