La escena era una delicia para quien la observara pero, aún así, a riesgo de ser rechazado me atreví a interferir para ofrecer una cola al grupo donde descollaba un cura joven.
El sacerdote recién ordenado me explicó que su madre trabaja en una casa de Cumbres de Curumo y como se sabe el terreno es montañoso y caminar en subida… cansa.
Los dejé en la plaza y me fui a mis obligaciones para atender un grupo de vecinos… pero antes me vino un recuerdo de mi querida Elisa Arraíz Lucca quien hace añales me regaló la copia de un diskette –tecnología hoy olvidada- que ella como ejecutiva junior de una gran empresa trasnacional licorera había comprado en una visita guiada a la CIA.
Nada de espías u ofertas de traición a nuestra patria sino algo natural en una visita a la capital federal de los Estados Unidos.
El regalo en cuestión y es público que la CIA todos los años los vende… comprende el compendio de lo que para la central son desde varios parámetros… los países del mundo.
Apenas comenzando a revisar me dio por comparar los parámetros de Venezuela y Colombia: ojo, somos diferentes en casi todo salvo el idioma que compartimos los iberoamericanos y que es nuestra fuerza de momento.
Elisa que también curioseaba el diskette reclamó que en materia religiosa debíamos ser iguales… pero no.
Para la CIA desde entonces ambos países son católicos y romanos… pero los analistas yanquis añadían en el caso nuestro la palabra “formalmente”… y por supuesto como esa información es para gente informada… no aclaraba nada el diskette al resto de los humanos.
La realidad en cambio si aclara… obvio… para quien use el cerebro.
Y la realidad se puede ver comparando la cantidad de jóvenes que ingresan a instituciones distintas como pueden ser la Iglesia Católica y la Fuerza Armada… en ambos países donde hay dificultades económicas.
En ambos países hay una buena cantidad de jóvenes estudiando para militares… pero mientras en el país vecino abundan los seminaristas y de hecho Colombia exporta curas como antes lo hacía España… pero nosotros seguimos importando curas aunque esa cantidad tiende a disminuir en el caso nuestro.
Moraleja: a pesar de nuestro “formalmente” con que correctamente nos cataloga la CIA… las penurias se pasan mejor en los seminarios… digamos que en los cuarteles… según las estadísticas.
Y cómo católico me alegró ayer alivianar la cuesta a un joven sacerdote y su familia seglar.